Madre Teresa de Calcutá

 

em 11/02/2008
MENSAJES - MADRE TERESA DE CALCUTA

 

Yo, una monja definitiva, sentirse muy honrado por haber participado en este movimiento con un Maestro dotado de sabiduría. La humanidad sabe casi nada acerca de la vida del Maestro Gandhi, todo lo que

él era y los ejemplos que dio, que ese era el gran libertador de los pueblos indios, quienes predicaban que la paz, la armonía y el amor.

 

Cuando estaba en el convento católico, en un país budista y musulmana, dos grandes ejemplos de la Iglesia me guió: Virgen María con su inmenso corazón, siempre preocupado por el destino de la humanidad y Teresa de Ávila que, confinada en un convento, vivió dedicado al estudio de los misterios de la Iglesia, sobre todo los relacionados con el plan espiritual. Hoy en día, la Iglesia está más volvió hacia el estudio de los misterios, no sólo los misterios del cristianismo, pero los misterios de la vida y la muerte. Santo Tomás de Aquino, el gran filósofo, que también influyó en mi desarrollo apostólica.

 

Yo era una simple monja que siempre han honrado a mi Iglesia, obedeciendo sus dogmas y doctrinas, pero no tenía la libertad para dedicarme por completo a la caridad y al más grande de todos los sentimientos, que se une que las almas, llamada amor.

 

La caridad es un tipo de ayuda en los momentos de dificultad, es una ayuda para quienes que no tienen nada, para los enfermos, para los más hambriento y para quienes que buscan alimento espiritual.

 

Mi vida terrestre fue muy corto, mi pequeño cuerpo no pudo resistir a la fuerza de mi mente. Yo no pensaba en mí sólo de los pobres y los enfermos, así como que tenían hambre. Mi cuerpo no pudo resistir, pero la caridad alimenta mi alma. Un cuerpo, en cualquier edad, llega un momento en el que no sirve más al espíritu. Pensé en tomar ventaja de la oportunidad que se me dio, por el Creador, y proporcionar a mi lado todo lo que quieren y necesitan, he tenido mucha ayuda, no sólo de la Iglesia Católica, sino de las autoridades y de el pueblo indio, un pueblo especial, dotados de una gran cantidad de sabiduría. Me siento feliz por haber llegado a ayudar y te dicen: ayuda y usted se sentirá más feliz y más feliz.

 

Yo no tengo méritos para convertirse en un santo. Mi espíritu pequeño tiene que hacer un gran esfuerzo para alcanzar el grado de evolución de los que llamamos un Santo.

 

Estar libre de sentimientos pequeños y dejar que la grandeza del amor y de la caridad penetrar y fijar en sus corazones. Ayuda a los animales, las plantas, cualquier ser de la naturaleza, porque somos hijos del mismo Creador. Ayuda a aquellos que están en necesidad, no importa lo que el material o una palabra, les ayuda y se le está ayudando, incluso con un sacrificio. Yo sabía que me estaba sacrificando para ayudar, pero te digo: el sacrificio valió la pena. He dedicado toda mi vida a la Iglesia y voy a dedicar mi vida entera a ayudar a quienes que necesita.

 

La sabiduría no es la conquista del poder, no se distingue por la cultura, esto, todos somos capaces de hacerlo. La sabiduría es comprender el lenguaje del corazón y hacer del amor y, sobre todo, de la caridad, uno de los pilares de su existencia. Permita también a los demás a practicar este gesto de amor: si necesitan ayuda, ser humilde al recibir de la otra la ayuda que podrá ser de utilidad y satisfacción tal daré a quien practica.

 

Vivir en armonía con la Naturaleza. Practica la caridad y la tolerancia. Esté atento a tus pensamientos, actitudes y palabras y se le cooperando para un mundo más feliz.

 

Me siento feliz y tocó en tomar parte en este movimiento y, aún sin cuerpo hace un rato, ya he aprendido mucho. El Universo es todo el misterio y el aprendizaje.

 

Deseo Virgen María siempre te protege. Amen.

 

 

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em 11/02/2008

 

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